Desde que el gran público conoció a Henry Cavill como Superman lo ha convertido en un ejemplo de tipo musculoso de esos que llaman la atención. Incluso hay quien lo ve poco humano en sus proporciones –al fin y al cabo, Superman no es de este mundo–, pero es que el actor aprendió por las malas que un físico descuidado podía cerrarle puertas. Antes de lucir bíceps y abdominales se presentó a una prueba para encarnar a James Bond y le rechazaron por no ser suficientemente “esbelto”. Igual ahora tampoco vale para el papel, pero por todo lo contrario.