Carburantes

Los precios en este segundo semestre del año se han disparado en lo que se refiere a carburantes y energía en general, situándose en los máximos históricos de al menos siete años, el precio medio del Brent en el mes de junio se sitúa en los 71,62 dólares, mientras en mayo estaba por los 68,53. Cuándo el crudo alcanza un máximo histórico de 110 dólares barril, el precio medio en las gasolineras era de 1,44 euros litro, ahora el promedio indicado está en su mismo valor al por menor, es decir se ha igualado el precio, mientras que el costo del barril de Brent es 38 dólares más barato que entonces, ¿Caso de llegar al mismo precio, a como se pagará el litro en la gasolinera?

En diciembre del 2020 su cotización era de 50 dólares de media y desde entonces no ha hecho más que subir, hasta llegar incluso en el mercado diario en uno de sus momentos a 74 dólares. El WTI americano, está algo más barato y dentro de la escalada ascendente del conjunto de los carburantes. Los precios de las gasolinas y diesel están alcanzando cifras históricas. La media de la gasolina 95 sin plomo en España es de 1,36 euros litro y en Galicia de 1,44, sin saber los motivos, salvo el impositivo.

En lo que va de año sigue el precio ascendente, con ligeras caídas en el mercado de materia primas, lo que sucede es que antes subía como un cohete el precio en por menor y ahora sigue igual, la bajada apenas. Se, repercute y cae como una pluma, lentamente, ahora se cambió la política de precios y cuando el crudo baja, el precio se congela y sube cuando de nuevo comienza la carrera al alza. En 2014 el precio del crudo era un 40% superior al actual y el consumidor, sin saber los motivos, paga un precio muy superior al de entonces ¿Quién se beneficia de todo ello?

El coste de la materia prima supone un 36% del valor, la logística se lleva un 12% y el 2% queda de margen al mayorista, los impuestos representan entre el 50% y 54%. Según la tesis de Presidencia del gobierno, una gasolina cara, evita más coches privados en la carretera y más vehículos compartidos, más bicis y transporte público, además de contar con un vehículo eléctrico, que en contra de la opinión gubernamental, será más caro y menos competitivo por los elevados precios de la luz eléctrica, depende de cada cual, de su uso y sus motivos. Los españoles somos partidarios de nuestro coche, sea personal o familiar, las bicis son para el ocio en España, no para el trabajo, salvo en aquellas instalaciones que por su densidad de trabajo se precisen para ir de un lado a otro. El transporte público deja mucho que desear y conviene mejorar.

Es decir, según Presidencia, todo para equiparar los precios de la energía y carburantes, a los países de nuestro entorno. Sin tener el mismo poder adquisitivo de aquellos, ni el bienestar social, del que disfrutan y se pretende igualar vía impositiva, pero no, en la vía de pensiones y salarios, España, sigue a la cola de Europa en cuanto a medidas sociales, salarios y pensiones. Está bien igualar a los socios europeos no solo en carburantes, también en lo demás y los españoles, tengan aquellas facilidades en educación, economía y política social de los de nuestro entorno.

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