El fútbol es el “pan y circo” de los romanos, modernizado. Incluso si Marx pariera hoy en día su teoría política hablaría de él como el opio del pueblo. Pero la realidad es que detrás de eso que llaman hinchas hay algunos energúmenos de esos que meten miedo. No merecen otro nombre esos que, amparados en el anonimato y supuestamente grandes seguidores de la Selección española, se dedicaron a amenazar a Álvaro Morata y a su familia por el pecado de haber fallado lo que se pueden considerar ocasiones manifestas de gol. Seguro que estos descerebrados lo hubieran hecho mejor.