ANA Belén ya no es aquella niña que hacía monerías con Zampo, ni Víctor Manuel el guaje que cantaba para Franco en actuaciones privadas. Juan Echanove tampoco es un chaval, pero, como siempre pareció mayor de lo que es, en su caso se nota menos, pues nadie creería que alguna vez no fue un señor mayor. Sin embargo, los tres han perdido la inocencia ahora mismo; no se han caído de un guindo, sino de la mismísima puerta de Alcalá. Y lo demuestran clamando a coro contra los excesos de la corrección política de la “pusilánime” sociedad actual, que recorta la libertad. ¿Cómo era aquello...? ¡Ah!, sí, la experiencia es un grado. FOTO: víctor manuel y ana belén | aec