SI obras son amores, la Marea, nasía pa’ganá, está sumida en el más absoluto vacío emocional, porque aquí no se hace ni una obra. Perdón, sí se hizo una; se colocaron unos trozos de granito pulidos, que, al parecer son bancos, en la dársena. Pero, claro, siendo como son Xiao Varela, responsable de la Concejalía de Paseo de Bicicletas –camina por la calle con una como quien lleva al perro a hacer sus necesidades, pero jamás se le ha visto pedaleando–, y Daniel “El equologista” Díaz Grandío, el más torpe de los miembros del Gobierno local, los responsables de las cuestiones urbanísticas, no hay proyecto que salga adelante. Pero como no hay mal que por bien no venga, esa falta de obras permite que en tesorería haya un pastón y qué mejor que gastarlo en contratar personal de confianza –amiguetes, para entendernos–. Ya vamos por nueve, más de los que tuvo el PP, que ya se sabe que es un partido de derechas y como tal encantado de vivir en el fango de la derecha... Pues, por lo que se ve, a la xente do común le encanta chapotear en aguas tan sucias como las de la ría de O Burgo, porque colocando asesores bate récords. FOTO: el alcalde, escoltado por parte de su troupe | aec