Una negociación con un objetivo que podría ser otro bien distinto

Una negociación con un objetivo que podría ser otro bien distinto

LOTINA siente una pasión irrefrenable por descender equipos a Segunda, pero eso no impide que conozca bien el ganado que el capataz pone a sus órdenes. Lo demostró cuando describió el juego de Juan Domínguez: “Chuta desde el borde del área y la pelota no llega a la portería”. Lo mismo podría haber dicho si se refiriese a Carles Gil, un jugador con tan poquita fuerza, tan intrascendente que parece un niño enfrentándose a hombres. Sin embargo, la dirección deportiva –¡ay, Dios mío, otra vez la dirección deportiva!– quiere negociar por él con el Aston Villa. Alguien, al enterarse, tiró de ciberretranca y se preguntó en las redes sociales si la negociación sería para abaratar el coste de haberlo aturado un año, pero no, va a ser para que recunque otra temporada en Riazor. Ya hay quienes desean que los ingleses se pongan duros y no haya acuerdo. FOTO: carles gil | aec

Una negociación con un objetivo que podría ser otro bien distinto

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