A nadie se le ocurre pensar que la Xunta termine vendiendo los terrenos que acaba de adquirir en los muelles coruñeses al mejor postor. El convenio para la construcción del Puerto Exterior fue como fue y, a estas alturas todos estamos pagando aquellos tiempos en los que las vacas gordas vestían de ladrillo. Sin embargo, los coruñeses pueden estar muy tranquilos, al menos en lo que se refiere al suelo que será de titularidad autonómica, ya que es difícil imaginarse a Feijóo creando una Consellería de la Construcción para dar salida a tanto solar. Por ello, sería bueno que, una vez expresado el malestar por haber sido apartados del acuerdo inicial (y conste que el Ayuntamiento tiene en este caso derecho a la pataleta, ya que no fue un gesto muy bonito), una vez manifestado ese cabreo, sentarse con Fomento y Xunta y ver el modo en el que se puede garantizar el mejor futuro para la que será la nueva fachada coruñesa. Lo demás son gestos de cara a la galería y un victimismo que no conduce a ningún lugar, como mucho a la apertura de una nueva confrontación. FOTO: Muelles del puerto de A Coruña | aec