Los gobernantes suelen tener un alto concepto de sí mismos, creen que proyectan una imagen de seguridad y confianza fuera de toda duda, hasta que se encuentran con la cruda realidad. En el caso de España, esa realidad es la de que los mercados europeos empiezan a ver a España como un “Estado fallido” y dudan de su capacidad para gestionar los fondos que reciba de la UE para hacer frente a las consecuencias económicas derivadas de la pandemia. En la prensa mundial los analistas hablan de crisis constitucional, presión sobre la Monarquía, tensión con el separatismo catalán, dependencia del Gobierno del “chantaje” de partidos de la izquierda radical, incapacidad para aprobar los Presupuestos, enfrentamiento entre administraciones, crisis de los jueces y, por supuesto, pandemia fuera de control. Si alguien creía que nuestros trapos sucios se iban a lavar fronteras adentro ya ve que todo el planeta está al tanto. Y nos puede perjudicar de forma determinante. FOTO: pedro sánchez, con gesto serio | aec