MOUCHOS, coruxas, sapos e bruxas, esconxuros, güijas, misas negras, hasta peregrinaciones relámpago a Pastoriza... El deportivismo olvidó durante un rato el enfado con Joselu y recurrió a todo tipo de armas esotéricas para contrarrestar el efecto de que el Celta alinease a un montón de suplentes en Granada. No es que el equipo andaluz sea gran cosa, pero había miedo a se quedase con los tres puntos y minimizase el efecto de la victoria coruñesa sobre el Málaga. Pero el equipo B de Berizzo se portó y llevó la felicidad a la legión blanquiazul. Habrá que regalarle una cajas de peixe fresco, que por allí no abunda, para que celebren el triunfo con una caldeirada. berizzo | efe