la tenacidad de Inés Arrimadas es digna de estudio. Tiene un plan que implica a tres personas y dos no están por la labor. Pero ella insiste. La estrategia lleva años funcionando, cuántos felices matrimonios comenzaron con el marido consiguiendo una cita por desgaste –esa época en la que la diferencia entre ser pesado y ser un acosador estaba más clara que ahora–. De su acuerdo de gobierno con PSOE, PP y Ciudadanos repartiéndose el pastel solo parece definitivo que Pablo Casado es firme en su intención de no apoyar la investidura. Pero eso no es un obstáculo para Arrimadas. Le sugiere que se abstenga, que técnicamente no es ofrecer respaldo y le permitiría dormir con la conciencia tan tranquila como la tenga hasta ahora, y ya se encargará ella de sumar los votos necesarios para ganar por la mínima. Pedro Sánchez, ya se sabe, se deja querer. Así que mientras no tenga atado lo de ERC y compañía, la opción de la lideresa de Ciudadanos es una posibilidad. Ella lo va a seguir intentando. FOTO: inés arrimadas, con mirada de ser capaz de comerse el mundo | aec