LOS vecinos del Orzán, sobre todo los de la calle Vista, añoran el cheiro a Bens. Para ellos era Chanel número 5 en comparación con el olor a orines que inunda la zona. También echan de menos el descanso nocturno. El botellón se ha enseñoreado del lugar y a los berridos de las noches alcohólicas, le suceden los vestigios de las concentraciones juveniles. Los representantes del barrio llevan meses, años, reclamando una cita a Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira, para exponerle el problema, pero no han conseguido franquear la puerta del palacio municipal. Ya es mala suerte, ¿no? En cambio, el alcalde se acercó el domingo a sus dominios, atraído por la celebración de Ruarte Fest, un certamen de arte urbano donde los grafiteros podían pintar las paredes con permiso del Ayuntamiento. Eso se llama estar atento a los problemas de los coruñeses y plantear soluciones en cuanto surgen. Cómo no van a pronosticar unos resultados nefastos todas las encuestas que se publican sobre los resultados de las elecciones municipales. FOTO: unos grafiteros despliegan sus habilidades en ruarte fest | patricia g. fraga