Hay que ver la suerte que tiene Pablo Iglesias. Resulta que andamos a vueltas con lo de la tarjeta telefónica de su colaboradora, algo que, por cierto, puede provocar que acabe en el banquillo de los acusados, y va y, de repente, se encuentra con el escándalo del rey Juan Carlos. Así que, como el Pisuerga pasa por Valladolid, va él y aprovecha para hacer extensible a Felipe VI y, así las cosas, se habla de la monarquía y no de su asunto, justo lo contrario de lo que haría Umbral. Pero el problema es que es que los ciudadanos cada día tienen más calado a Pablo Iglesias y ya no comulgan con sus ruedas de molino. FOTO: Pablo Iglesias | aec