Hasta ahora sabíamos que el Gobierno de Pedro Sánchez tenía mucho de doctor Jekyll y mister Hyde. Así, mientras unos defienden al rey, los otros arremeten contra la monarquía y colocan el cambio de régimen como objetivo a conseguir. Pero, al fin y al cabo, esta situación es casi normal, teniendo en cuenta lo poco que une ideológicamente al PSOE con Unidas Podemos. Lo que ya parece más extraño es que este fenómeno de doble personalidad haya terminado por contagiar al partido socialista, que con un lado de la boca dice una cosa mientras que con el otro afirma la contraria. Es lo que sucede en Madrid. Mientras el ministro de Sanidad defiende las medidas adoptadas por la comunidad y Pedro Sánchez se apresta para echar una mano, los dirigentes de la formación arremeten contra Díaz Ayuso, la acusan poco menos que de racista y apoyan las manifestaciones de protesta contra el confinamiento de algunos barrios fomentadas por los podemitas. Al final, parece que Ferraz llamó a capítulo y el PSOE ha optado por retirarse de la manifestación. Eso sí, a regañadientes y con ganas de hacer sangre. A ver cómo acaba la cosa. Foto: Pedro Sánchez, con Díaz Ayuso y medio millón de banderas | aec