EL exjuez y virtuoso de la gaita y la zanfoña Luís Villares se resiste a su condena. Todos los sentenciados lo hacen y más cuando los llevan a rastras en el corredor de la muerte, que es la táctica que han seguido con el Martiño “2.0” Noriega y sus secuaces con la disculpa de renovar la dirección de En Marea, originariamente un espacio multicultural hispano-galaico y ahora sabe Dios qué. El voceiro recurre al lenguaje revolucionario y reniega de las “aristocracias políticas” que pretenden restringir la participación y decidir por los demás. Ten toda a razón. Pero sus rivales no hacen más que trasladar al partido instrumental lo que practican con ellos los espanhois que tiene colonizada la confluencia. Por Madrid deben estar al borde de que se les desencaje la mandíbula de tanto que se ríen. FOTO: noriega y villares, en los tiempos en los que aún se soportaban | aec