Qué cosa más bonita aprovechar la espera en una estación de tren para cargar el móvil columpiándote. La energía cinética, que es maravillosa. Un columpio, un generador, unos cuantos cables y un usuario con ganas de volver a uno de los mejores recuerdos de la infancia, no hace falta más. En Holanda ya está en marcha y parece que triunfa. La parte negativa es que hacen falta unas dos horas de balanceo para conseguir la carga completa. Aunque con el retraso que suelen llevar aquí los trenes, es más que probable que cuando llegue tengamos la barrita de la batería a tope.