Precauciones para vacunarse

En la prensa el Director Xeral de Asistencia Sanitaria, y la Directora Xeral de Salud Pública, cantaron las maravillas de la vacunación –¿sería la suya?– mientras muchos ciudadanos que acudieron a la cita en la Casa del Mar.


Una persona a la que quiero mucho la citaron en la Casa del Mar para vacunarse, tienen otra opinión: los primeros en acudir estaban citados alrededor de las ocho y poco (ojo al dato que diría José María García) un día en que los termómetros avisaban de la temperatura ambiente: siete grados.


Ante de abrirse las puertas en la calle, ateridas de frio, alrededor de quince “veteranos” de ochenta y más años, había acudido a la llamada. La primera instrucción recibida fue: esperen en la calle. Cada poco se unían a la cola más ciudadanos. Recuerden: hablamos de personas de más de ochenta años a la intemperie .La media de espera al aire libre fue de más de veinte minutos.


Y resulta que las salas de espera de atención a los pacientes estaban vacías –recuerden que no hay atención presencial sino telefónica en ese paso de gigante ¿?–. De la atención primaria según explicó un día el señor Feijóo: “es la medicina del futuro”.


Libremos a los trabajadores que aguantaron las quejas y críticas de los que esperaban para vacunarse de este desaguisado –bastantes esfuerzos hacían para paliar los defectos del sistema– pero caigan todas las críticas a los incompetentes que organizaron este sistema que, casi con seguridad, no usan los veterinarios para atender al ganado.


Y como los que acudieron el otro día a la Casa del Mar tienen que volver para una segunda dosis, les sugiero unas precauciones por si la primavera no colabora con el Sergas y a las ocho de la mañana hace otra vez un frio que las pela: lleven ropa de abrigo; ármense de paciencia, procúrense una silla o un taburete para esperar sentados y en la víspera recen a su santo favorito para que ilumine a los mandos de lo que se conoce como Servicio Galego de Saúde o, en caso contrario, que los castigue llamándolos a vacunarse a las ocho de la mañana un día en que el frio les salude.


Y es que el personal se pregunta ¿si te citan para una hora, con un margen razonable entre cinco o diez minutos, cómo no tienen todo previsto entre otras cosas las salas que hay en el edificio? Pues no.

Precauciones para vacunarse

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