El gran Carajal

Haciendo un alarde de despropósitos los dirigentes políticos de este país han llegado a la conclusión de que, sumidos en la peor pandemia y con una crisis económica atroz, este era el momento ideal para dedicarse a sus conspiraciones de vía estrecha. Todo les ha salido mal y todos han quedado a los pies de los caballos. Pero les da igual. No habrá moción de censura en Murcia y los madrileños tendremos que ir a votar en mayo por el juego de su interés electoral que es lo único que interesa a esta mediocre clase política que sufrimos y que esta socavando los cimientos de la democracia.


Pero, vayamos por partes, la que ha salido peor parada ha sido Inés Arrimadas. Tras el batacazo electoral en Cataluña ha intensificado su errática gestión de las alianzas y tiene la revuelta interna servida en bandeja y los dirigentes críticos van a dejar oír su voz en el Comité Ejecutivo. Pero ella no es la única culpable del ridículo error de convocar una moción de censura contra el presidente murciano del PP sin tener asegurada la lealtad sus diputados. Detrás de la maniobra han estado también el “asesor” Ivan Redondo y el ministro “para los trapos sucios” José Luis Abalos (¿quién no se acuerda de su excursión a Barajas para entrevistarse con la vicepresidenta de Maduro, Delcy Rodríguez que tiene vetada su presencia en la UE?). El ministro de Transportes, que debería estar dedicado a la correcta inversión de las ayudas europeas a su sector, se dedica a pergeñar pactos fracasados. No es que el presidente Fernando López Miras, del PP, no se merezca una moción de censura, pero no así y a lo mejor no ahora. Si la Moncloa pretendía que el PP fagocitara a Ciudadanos lo van a lograr. Pero, si su intención era consolidar a Arrimadas y lograr un socio a nivel nacional para no depender de Pablo Iglesias y los independentistas, no han podido hacerlo peor.


Precisamente la mano derecha de Casado, Teodoro Garcia Egea, de Murcia por más señas, ha sido el muñidor de la operación de “compra” de los diputados tránsfugas de Ciudadanos y quien hizo un llamamiento a todos los militantes de Arrimadas a sumarse al PP. El pacto anti trásfugismo ha resultado papel mojado. Al PP le queda todavía la reválida de Madrid. Isabel Díaz Ayuso confía en una amplia mayoría y en pactar con Vox si necesita refuerzos. Pero las encuestas no son las tablas de la ley y la ciudadanía está muy cansada. Además, ¿cómo se compadece este reencuentro con la extrema derecha que fue vilipendiado por Casado? ¿Con quién va a hacer su giro al centro la actual dirección de Génova?


¡Qué mal lo han hecho todos! Como han primado, una vez más, los intereses electorales por encima del interés ciudadano que es su obligación y el motivo de sus cargos y salarios.

El gran Carajal

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