Pones la tele, escuchas la radio o te pones a leer la prensa y de inmediato piensas: conmigo que no cuenten. Me bajo en marcha.
No es por amargarle el día, y menos un sábado, pero conviene de vez en cuando recorrer la actualidad que se “cuece” fuera de nuestras fronteras. Más allá de la Gudiña. Atentos: Villarejo ha prometido tirar de la manta y el colchón y hacer todo el daño que puede. Amenaza con destapar un centenar de escándalos y nos deja esta frase: las cloacas son para limpiar la mierda.
La fiscalía de Madrid archiva la investigación del chat de los militares retirados dispuestos s matar a veintiséis millones de españoles, mujeres y niños primero. ¿De verdad esto es cierto? Si es que eran unos “coñones” que se hacían bromas en un contexto privado sin voluntad de publicitarlas.
De la tropa de la Casa Real solo se puede sentir vergüenza ajena y pedir explicaciones. Con su currículo se podía filmar un serial. También nos anuncian ahora “una del Oeste: el duelo entre el ejecutivo central y la presidenta de la comunidad madrileña.
Y seguimos: la renovación del Consejo General del Poder Judicial y el iteré partidario de cada grupo por poner a los suyos nos aleja a los ciudadanos de la fe y el respeto que tan alto organismo necesita.
Otra pandemia que tiene que avergonzarnos a todos tiene cifras y nombres: los casos de violencia contra la mujer han crecido un diez por ciento en cinco años.
Ah y un comentario a pie de páginas: aquí, con el virus saltando de un lado a otro, se manifestaron trabajadores de toda índole: los que vieron su empresa al borde del cierre hasta los sanitarios, pasando por los repartidores los jubilados, etc., etc. Y resulta que cuando las feministas pide visibilidad –cumpliendo los protocolos– hay quien dice no. ¿Lo entienden?
Son esas cosas de nuestros políticos mantienen en la zona baja la aceptación de la ciudadanía a sus decisiones.
La corrupción abre un nuevo capítulo: esta vez le toca al fútbol: están las cuentas opacas del Real Madrid y las chapuzas de los dirigentes del Barcelona. Desde la real casa, pasando por Rato, siguiendo por la inmatriculación permitida a la Iglesia y encontrándonos a diario con los casos del primer partido de la oposición y, más recientemente tenemos la reclamación de la Agencia Tributaria al exlíder de Vox en Andalucía para que pague lo que debe.