De la miseria a la rebeldía

AL ya octogenario Beiras le costó recuperarse de la ruptura de aquella entrañable pareja de hecho que formaba con Yolanda “la Yoli” Díaz –entonces él aún no había cumplido los ochenta– y que cerraba cada aparición pública con un agarimoso bico. Se le notaba que no encontraba acougo; Martiño “2.0” Noriega no acababa de llenarle y en eso surgió Antón Sánchez. Puede que fuese una cuestión capilar, pues el uno tiene el pelo crecho y el otro unas trobas que son la envidia del Colegio Oficial de Peluqueros. ¡Cuántos aprendices podrían hacer prácticas con esa cabeza! El caso es que lo elevó a golfiño y ejerce ya como irmandiño mayor; tanto es así que a veces hasta parece que es Beiras rejuvenecido, sobre todo cuando le da por la grandilocuencia y afirma cosas como que hay que dejar de lado las “miserias orgánicas” y abrir “un novo ciclo de rebeldía”. ¡Toma ya! En dos días las mareas se desbordan e inundan incluso el paseo marítimo de Santiago. ¡Ah!, que no lo hay, pues entonces no lo inundarán, aunque puede que tampoco se desborden.

De la miseria a la rebeldía

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