Artur Mas renace de sus cenizas
¿QUIÉN le iba a decir a Mas, tras su decapitación política ordenada por la CUP, que como un ave fénix renacería de sus cenizas? La cuestión es que la vieja Convergencia se ha reconvertido en el Partit Demócrata con el objetivo final de acabar con las deudas que los convergentes habían ido contrayendo a lo largo de los años. La jugada del cambio de nombre, que no de ideología, sirvió además para que Artur Mas se haya visto encumbrado a la presidencia de la nueva formación mientras que el candidato del president de la Generalitat, Santi Vila, se ha terminado llevando un serio varapalo. El 92% de los simpatizantes apoyaron a Mas, lo que demuestra que Puigdemont no es más que un hombre de paja que sirvió para saltarse el veto impuesto por los antisistema. Por mucho que él se crea que su carrera en la política promete ser larga, la realidad es que no creen en él ni los simpatizantes de su partido.