Benjamín Netanyahu, ejemplo de demócrata judío, ha condenado con dureza el apuñalamiento de seis personas, por un reincidente y conocido judío ortodoxo, en el desfile del Orgullo Gay en Jerusalen. “En Israel”, dijo el muy cabrón de Netanyahu, “la libertad del individuo es uno de los valores básicos”.
¿Por qué digo lo de muy cabrón? Porque en el Parlamento judío, y con su visto bueno, ha aprobado por ley alimentar a la fuerza a los presos preventivos palestinos que, con o sin acusación de terroristas, se pongan en huelga de hambre para conseguir ser juzgados. Eso contradice lo de “la libertad del individuo”. A no ser que seas judío sodomita, y estés orgulloso de serlo. Pero si eres palestino, estás en prisión preventiva, te pones en huelga de hambre para defender tus derechos, y aunque no seas gay, Netanyahu te puede dar por el culo cuando quiera, para que cagues, después de obligarte a comer, el muy cabrón.