EL PP nunca fue un partido cuyos jefes se pudiesen buscar la vida como traductores una vez que hubiesen abandonado la política. Del Rajoy juvenil, aquel al que don Manuel aún no había despachado a Madrid, se decía aquello de “me llamo Rajoy y voy a Raxoi porque tengo una junta de la Xunta”. Ana Botella se reveló como la antítesis de la mujer políglota cuando le tocó hacer campaña a favor del Madrid olímpico. Quizá su marido fuese la única excepción, pues juraba y perjuraba que hablaba catalán, aunque solo lo hacía en la intimidad. Ahora, el PP vasco ha rizado el rizo del don de lenguas y en su propaganda electoral para el 26-J incluye una foto de Rajoy acompañada por la expresión “Alde”, que, según el diccionario Elhuyar, el DRAE del euskera, significa “fuera”, “largo”. Como para que vaya a pasar las vacaciones a Getaria... No lo mueve nadie del paraíso del trilingüismo armónico, Sanxenxo, Sanchencho, Sangenjo, según se según se emplee el gallego, el castellano o el koruño, los tres idiomas más hablados en el lugar. Porque cuesta creer que la publicidad esté subvencionada por el Ayuntamiento de Pontevedra.