El área de Psiquiatría del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac, para los amigos y allegados) ha puesto la voz de alarma en que cada vez son más los jóvenes que caen en la depresión y que tienen que ser atendidos en ese departamento. Se trata de chavales que no tienen expectativas y que rozan la edad de los treinta años. Y no es solo culpa de la maldita crisis, también, según los expertos, tiene que ver con la escala de valores y la exigencia social que se fija en la actualidad. Vivimos en un mundo en el que las redes sociales o nos muestran un mundo idílico y perfectos, con maravillosas fotos en las que siempre se ve a personas felices, o nos golpean los enemigos de todo, capaces de reducir a cenizas a cualquier persona que decidan. Aun así, si se utiliza bien Internet, se puede convertir en una herramienta perfecta para evitar el aislamiento de los enfermos. El problema es saber dosificarla de forma correcta.