Cien años sin Bram Stoker

Este año se cumplen cien de la muerte del escritor irlandés Bram Stoker, famoso sobre todo por la creación de un monstruo del mal, como Drácula. Con tal motivo la Fundación Luis Seoane realiza un recorrido por su vida , su época y por el tema vampírico, desde los Caprichos y Disparates de Goya a la actualidad, con hitos importantes, como las pinturas de Dante Gabriel Rossetti sobre la vampiro Lady Lilith o el Vampiro de Eduard Munch.

En la época de Stoker se genera un enorme interés por el mundo de los espíritus, por lo misterioso y lo oculto, ya iniciado en el Romanticismo, y del que participan autores nuestros como Valle Inclán o Vicente Risco. El ocultismo es una de las caras de la creencia en lo numinoso, en lo feérico y en lo que trasciende las leyes naturales, se encuentra en todas las culturas antiguas y, desde luego, tiene en la nuestra una larga tradición, que, por lo que respecta al supuesto vampirismo, puede relacionarse con lo que el pueblo llamaba” aire de muerto” y “aire de gato” que chupaban la energía de las criaturas afectadas, hasta hacerlas morir de inanición, salvo que se practicaran ciertos exconjuros o rituales.

Lo numinoso tiene desde luego un lado claro, angélico, pero la parte de sombra o infernal, de la que tanto supo Dante, es la que explora Stoker en su criatura, ser de la noche, al que sólo se puede vencer con la luz solar. Curioso que fuese un eminente matemático como él quien pudiese ver que, más allá del orden y la claridad, hay abismos en la mente humana difíciles de conocer y dominar, ese es el lado de sombra, tan bien analizado por Gustav Jung.

Y puesto que todos participamos de ese lado oscuro es lógico que Drácula inspirase películas, como “Nosferatu” de Murnau (1922), o las de Bela Lugosi, Herzog y Polanski, entre otros; también el comic, la televisión o revistas como Vampirella prestaron sus aportaciones y de todo ello hay amplia documentación en la muestra, destacando los dibujos que Enric Torres hizo para esta revista americana, las planchas de la versión en comic de Drácula de Fernando Fernández y las ilustraciones de Ana Juan, Toño Benavides, L. Scafati y Fernando Vicente.

Completan la exposición una amplia documentación, que incluye la polémica entre Feijóo y el benedictino Calmet, a raiz de la aparición de su Tratado sobre los espíritus (1751); muchos de los libros que inspiraron a Stoker y sus notas manuscritas; carteles de películas, proyecciones, ediciones en castellano de su obra y la edición príncipe de “Drácula”.

 

Cien años sin Bram Stoker

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