¡CUÁNTO tiempo hacía que el todopoderoso Caballero, don Abel, hijo adoptivo de A Coruña, no volvía a casa...! Casi tanto como el que Paco Vázquez, el coruñesismo hecho hombre, llevaba esperando por la incorporación de su retrato a la galería de alcaldes. ¡Y menuda prestancia le da luciendo el uniforme de gala de embajador! Hubo quien pensó que se había disfrazado de general Porlier, el marquesito. Losada, más modesto, prefirió posar vestido de traje y corbata que con bata de gala de médico anestesista, pero también su cuadro sirve para que el ayuntamiento siga comiéndoles terreno a la galería Uffizi... Ahora toca esperar un poco hasta que haya una nueva ampliación de fondos artísticos, porque Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira, no está aún para cuadros; al menos, eso comentó en un aparte con Losada y con Caballero, quien tiró de retranca y remachó el clavo: “Nunca se sabe”... El hijo adoptivo no vendrá mucho por casa, pero sabe bien lo que hay y que el alcalde tiene a A Coruña hecha un cuadro.