En 2012 empecé a colaborar con Diario de Ferrol a través de esta columna, y desde entonces he publicado 225 artículos, con un máximo de 900 caracteres cada uno incluyendo los espacios. En total, han sido 201.600 caracteres, unos 50.000 menos que los crímenes cometidos por la dictadura franquista. Es como si cada vez que apretaba una tecla para escribir un artículo, estuviera fusilando a una persona... y aún no he terminado. Las grandes cifras se escriben con facilidad porque no tienen rostro, hasta que las relacionamos con algo cotidiano e intrascendente. Es la banalidad del Mal con mayúscula, inabarcable en su monstruosidad.
Alguien dirá que hablar de una dictadura que nació hace 80 años es desagradable e inútil, pero son esos recuerdos asociados a las tragedias los que vacunan a nuestra sociedad contra ciertas demagogias, y más allá de la paz del ignorante, nos hacen más libres.