VIOLENCIA EN VENEZUELA

El Foro Penal Venezolano ha registrado un total de 153 expedientes de torturas entre febrero y septiembre de 2014, justo cuando comenzaron las primeras movilizaciones contra el régimen autoritario de Nicolás Maduro. A estos expedientes, que ha documentado personal de esta organización no oficial, habría que añadir 500 casos todavía en fase de procesamiento.  A los casos de los más famosos dirigentes opositores detenidos en la cárcel de Ramo Verde, como López, Scarano y Ceballos, se ha sumado estos días el alcalde de Caracas Ledesma, encarcelado, como es habitual en las dictaduras, por no ser un leal vasallo del régimen vigente y ejercer su libertad de expresión.  Sólo en 2014 el Foro Penal Venezolano ha documentado ya 3.293 detenciones.
Estos días el Observatorio Venezolano de la Violencia daba a conocer unos datos escalofriantes que demuestran a las claras una de las principales manifestaciones de la dictadura venezolana. Durante 2014, Venezuela, por detrás de Honduras, fue el país al frente del ranking de homicidios. Nada menos que 82 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Es decir, 68 asesinatos cada día, lo que refleja el grado de paz y bienestar de un régimen que por estos lares algunos pretenden emular. Fallecen más personas por causa de la violencia en Venezuela que en Irak. El régimen no informa de estos datos de 2004 por obvias razones. Lo realmente sorprendente es que justo aumentó la violencia, medida en homicidios, durante un tiempo en el que según datos oficiales se incrementaron los ingresos procedentes del petróleo y se redujo la desigualdad social, algo ciertamente difícil de comprender.
El régimen chavista reconoce que la violencia es un problema mundial de esta época del que se debería cuestionar a nivel global acerca de sus causas. Los responsables, dicen los partidarios del régimen, hay que buscarlos en los gobiernos anteriores y, desde luego, el Observatorio Venezolano de la Violencia no es más que una terminal del “imperio” que trata de sembrar el desconcierto en la población y manipular la realidad. El idílico sistema venezolano, no parece que sea ese paraíso tan atractivo y tan esperanzador para la instauración de la dignidad del ser humano. Al menos en términos de tortura y de violencia deja mucho, mucho que desear.
Ahora, en el colmo de la irracionalidad, el régimen detiene a varios empresarios del ramo de la alimentación, acusados de ser los responsables del desabastecimiento que golpea a los más pobres de los venezolanos. Como no se asumen las consecuencias de la mala gestión y de la erosión de las libertades, hay que buscar al causante de los males que sufre el pueblo venezolano fuera del régimen. Y si es  el empresariado o en el imperio, mejor. Mientras, algunos leales al régimen parece que acumularon sumas millonarias de dólares mientras las colas inundan los establecimientos de productos de primera necesidad. Asombroso.
Jaime Rodríguez-Arana es catedrático de
Derecho Administrativo. jra@udc.es                                                     

 

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