O fillo do fillo do muiñeiro, para sus amigos Rafa; para sus rivales Cuiña, y para sus conciudadanos de Lalín el alcalde, se enternecía hace poco más de un año cuando en su pueblo alborexaba cada mañana con los jabalíes hozando por las calles y dejaba constancia de su emoción. En cambio, los alcaldes de Culleredo y Cambre deben tener la piel más gruesa, porque una piara de ocho porcos bravos paseó por sus concellos, la Policía Local cambresa los escoltó hasta más allá de la frontera y ni Julio Sacristán ni Óscar García Patiño hicieron un solo comentario en las redes sociales. Por lo que se ve, la lírica no tiene cabida en todos los municipios.