hay una máxima fundamental que se puede aplicar a todo en la vida. Es como esas fórmulas mágicas de la física, capaces de explicar el funcionamiento del universo o el de un átomo. Y ese axioma incuestionable dice que si algo funciona bien, no lo toques. Sin embargo, los mareantes coruñeses no son partidarios de aplicar la coherencia a su quehacer. Seguramente por eso, ignorando que los coruñeses son de los ciudadanos que más y mejor pagan sus impuestos municipales, decidieron darlle unha volta de las suyas a eso de las tasas y modificar un calendario que llevaba años instaurado y con un resultado más que aceptable. Al final, cabrearon a quienes tenían domiciliado el recibo, ya que se les pasó al cobro, con nocturnidad y alevosía, justo antes de las vacaciones de verano. Y quienes no confían en los bancos, en el Ayuntamiento o en ambos, y prefieren pagar en mano, se encontraron con colas interminables. Y eso aquellos que recibieron en casa la orden de pago, que muchos de ellos ni tan siquiera tuvieron esa suerte. FOTO: Varias personas hacen cola para entrar en las oficinas de la Franja | aec