Tenemos a la vista una nueva movida ciudadana en Ferrol, esta vez relacionada con el intento de obligar a los vecinos que usan propano a cambiarse a gas natural, lo que acarrearía una subida en el recibo.
En Caranza tenemos a la asociación vecinal actuando como si fueran comerciales de la empresa energética, e incluso un funcionario municipal intervino en una tensa y multitudinaria asamblea celebrada el pasado 6 de julio en el centro cívico, intentando influir en el auditorio para aceptar como inevitable lo que no es obligatorio, porque hay unos contratos que deben respetarse.
Sobre la concejalía de Servicios y Consumo se dirigirán los focos, porque algo tendrá que decir y hacer para evitar la indefensión de los 3.500 usuarios de propano ferrolanos, obligados a presentar un recurso ante los tribunales.
Ferrol no es un caso aislado, y no estaría de más formar un frente municipalista.