Viajes de la Marea

después de un tiempo sin hablar del tema mareante, uno vuelve a sentir el gusanillo de prestar atención a lo que estos personajes locales hacen de cuando en vez. Ahí tenemos al equipo municipal que lleva las riendas de la política local, preside y rige el municipio coruñés desde hace más de tres años, los mismos que en Santiago y Ferrol. Llevan ausentes un año y tres meses de las obligaciones locales, en viajes no debidamente explicados. A su favor está que han realizado un montón de kilómetros, casi tantos como un viaje lunar y su gasto no ha sido desproporcionado. Pero tampoco hay constancia de que la ciudad haya notado el retorno de beneficio alguno de tales viajes. Su costo estimado es de algo más de 61.500 euros. Lo que no se dice es si fueron viajes de placer, ocio personal, obligaciones pendientes, trabajo o de interés económico y turístico para beneficio de La Coruña.
En la lista publicada aparecen destinos fuera de lo común en el aspecto de trabajo, pero pudiera darse la paradójica circunstancia de que fuese mixto. Lo cierto es que hay repetición de varios destinos que son comunes a los miembros de la Marea, entre los que destacan Barcelona y Madrid, pero también hay dos que llaman poderosamente la atención, como son las islas Azores y Las Palmas, a donde fue uno de los miembros de la Marea. Tiene toda la pinta de ser un viaje de ocio más que de trabajo o cultural para descubrir nuevos paisajes y hacer proselitismo de turismo de Galicia; quizás para embobarse de la cultura isleña y hacer aquí un apaño de atracción turística en aquellas islas de ensoñación.
En total han sido 251 viajes los programados en los tres años de mandato. Vamos que como no hay nada que hacer por el bienestar de los coruñeses, se dedican a dar vueltas por los lugares que les apetece. Teniendo la ciudad olvidada de sus obligaciones como regidores al servicio de la misma, va a ser ahora que solo son los vecinos los obligados en cumplir con los mandatos municipales y no sus responsables, que no admiten interpretación por parte ciudadana. Pero sí, en cambio, son intérpretes de la inacción en que está sumida la vida del municipio.
No sintiendo el menor remordimiento y quizás por ello se dedican a viajar lo que pueden y, en cambio, carecen de tiempo en ver la caótica situación que reina en la ciudad. Claro que pensando en viajar ya no les queda tiempo para nada más. Es lo que tiene la modernidad de nuestros días, se viaja sin prisa y sin pausa, olvidándose de lo demás. Ya nada es lo que parece y hasta la Marea ya no es lo que fue. Ahora se considera un accidente electoral en el sueño de una noche de verano, que al despertar les llevará al lugar que siempre han debido ocupar, la inacción.
Quizás en la próxima cita electoral haya muchas sorpresas. La Marea puede estar viviendo los últimos coletazos de su apoteosis municipal. La siguiente legislatura nada tendrá que ver con la que está apunto de finalizar. Afortunadamente, nada es igual aunque lo parezca. Todo es distinto y sobre todo dependiendo del cristal con que se mire.

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