El PSOE ya intentó en más de una ocasión imponer por ley al resto de partidos su sistema de primarias. Hasta el PP, tras la renuncia de Rajoy, optó por ese sistema tan yanki y que aquí hace tanto daño a las formaciones. Sin embargo, está claro que, al final, todos optan por aquello de tonterías las justas y, cuando los posibles beneficios son altos, hasta esos principios tan democráticos pasan a mejor vida. Y eso es lo que han hecho los socialistas santiagueses, que sabedores de la necesidad de llevar a Bugallo como cabeza de lista, se han saltado eso de las primarias, no vaya a ser el demonio que, ya se sabe, la opinión de las bases las carga el diablo.