Unos malos compañeros de viaje

La alcaldesa socialista de A Coruña, Inés Rey, ha comprobado en propia carne, lo duro que es tener unos aliados de legislatura que eso de la fidelidad tampoco es que lo lleven muy a rajatabla. Ella, su partido, pretendía solucionar un viejo contencioso en una parcela de la ciudad jugando a ser Salomón. Menos viviendas y más parque para que vecinos y promotor quedaran contentos y, de paso, se diera cumplimiento a una sentencia judicial. Sin embargo, los mareantes, que ya se sabe que son muy suyos, quieren que todo sea zona verde, se supone que para que crezcan esas hierbas malas que luego quieren matar con vinagre. La cuestión es que si el Ayuntamiento optara por esa opción tendría que hacer al promotor expropiado, catorce millones más rico. La ciudad no está para semejante dispendio, por mucho que algunos crean que sí. Y, al final, ni parque, ni edificios.

Unos malos compañeros de viaje

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