Mientras los pinos centenarios dejan penetrar a estas horas de la mañana unos rayos de sol y, debido a nuestros “grandes avances tecnológicos”, escucho For no one, para ti y para nadie, pienso en las fuentes de polvo que están enterrando a Irak, Siria, Libia y lo intentan con Túnez.
El polvo simboliza el borrar de nuestra memoria lo que han representado para nosotros y el mundo; a ellos hay que añadir Líbano, que lleva tiempo agujereada.
Sus culturas son un peso para el Estado Islámico y también para este Occidente que los ha invadido siempre con mentiras. Es como si los dos “ejércitos” en liza tuviesen el mismo fin, borrar el rostro perfectamente dibujado de una cultura que hace demasiadas preguntas y también da respuestas.
El Estado Islámico se arma, no se sabe muy bien por quién. Pese a tantos servicios secretos que tiene Occidente, ese estado nómada y polvoriento que mata y se inmola con extrema facilidad, sembrando el terror, en una guerra que nos la acercan a casa; y es que muchos de ellos tienen nacionalidad europea.
Un estado creado a la sombra de las mentiras de Occidente que ahora se  horroriza. Ni siquiera Gilgamesh, el que todo lo sufrió y todo lo superó, el héroe divino iraquí, puede parar las balas que han puesto a rodar, como si de dados de la suerte se tratase, la venganza americana. Olvidamos los horrores que provocamos con extrema facilidad, pero no lo que los demás nos provocan, instalados como estamos en esta cultura de la venganza. Por favor, no olvidemos que la venganza se basó en una mentira; parece que esto los opinadores televisivos o periodísticos lo olvidan con mucha frecuencia.
Nosotros intentamos borrar las huellas de todo lo que no justifica nuestro mundo tecnológico, nuestro bienestar, pero luego no queremos que ellos se abalancen sobre nuestras fronteras sagradas; ellos borran las estatuas, los símbolos que intenten reflejar a su profeta, su interpretación horrible del Corán, nosotros les hemos allanado el camino expoliando sus bibliotecas y museos.
Ellos borran Occidente, nosotros queremos eliminar todas nuestras huellas de un desierto que nos trajo hasta aquí.