Carles Puigdemont está ganando puntos para convertirse en el protagonista del remake de “Atrápame si puedes” que, al parecer, se está preparando en Hollywood. Y mientras el escribe un nuevo capítulo de ese sainete en el que se ha convertido su vida, en Cataluña, los secesionistas (ayudados por los tontos útiles de en Comú-Podem) dan un paso más en su esperpento y convierten la supuesta elección de un posible presidente encarcelado por delincuente en un ataque contra el Estado y en la presentación de un “frente unitario por la democracia”. Lo primero que cabría preguntarse es qué entienden estos botarates por democracia. Parece claro que para ellos solo es democracia cuando se cumple lo que ellos quieren, y eso, aún a costa de doblegar las leyes y saltarse todas las normas. Para ellos la legalidad es una vía de camino único y por la que solo se puede circular cuando se va en su misma dirección. Y lo peor es que esa supuesta Cataluña que tanto aman vive instalada en la parálisis, perdiendo ocasiones de crecer y sin que nadie se preocupe de los problemas sociales que todavía se viven en ese paraíso que nos quieren vender.