ÍÑIGO “El niño de San Ildefonso” Errejón, de profesión aspirante a militar en el PSOE, no tiene mucha pinta de utilizar abono químico, sino más bien compost. Vamos, que no es de “Ramón, o Fertimón”, sino del estrume, pero el efecto de uno y otro venche sendo o mesmo. Y ya ha sementado el campo con semillas de rosa para acercarse al Partido Socialista; lo de los puños será más complicado, pero con amigo en el Anatómico Forense aún puede conseguir un buen feixe deles. Porque al echarse en los brazos de la abuela Carmena lo que hace es apostatar de la fe stalinista de Pablo, antes Pablo Manuel, “Viva la Gente” Iglesias y abrazar la casi, casi, socialdemócrata. Las conversiones nunca son malas, lo malo es abrir los ojos solo cuando la purga le afecta a uno y haberlos tenido cerrados cuando las víctimas eran otros. Un hombre de principios no parece que sea.