IKER Jiménez, hijo putativo de Jiménez del Oso y de J.J. Benítez, especialista en misterios y avanzado para su tiempo, pues ya anda por el cuarto milenio, va a tener que surcar con su nave del misterio las procelosas aguas del puerto olímpico de Barcelona para desentrañar el que se esconde bajo el avistamiento de un ovni durante la madrugada del sábado. Eso sí, que no se le ocurra desembarcar, pues los muelles son una de las zonas más peligrosas de la versión 4.0 de Dodge City en la que Ada Colau ha convertido la ciudad. Hasta los republicanos están preocupados por semejante fenómeno, cuando ellos son precisamente quienes más tranquilos tendrían que estar, ya que en la facción independentista lo que abundan son los extraterrestres. Es más, ¿habrá alguno que no lo sea?