No está de más en esta época de Antroido destacar algunas costumbres que se están imponiendo todo el año y deberían ser más propias de este tiempo. Por ejemplo ese desangelado aspecto y fuera de todo contexto como es el ver a una pandilla hablando entre ellos a través del móvil. Mirando sólo a la pantalla están “hablando”. Y aun más grave todavía es si se trata de una pareja de novios, que también hacen así. De esta forma perdemos el más bonito de los medios de comunicación de los humanos –el lenguaje oral– y parece que estamos subyugados por los aparatos. Otra es el aspecto que presentan las mascotas, especialmente los perros, con esos “abriguitos” tan monos y los peinados exuberantes que ofrecen. Aparte de anacrónicas situaciones, provocan en los animales que no desarrollen debidamente sus defensas naturales y, en épocas de crisis como la que padecemos, parece una burla gastar en estas florituras habiendo tanta gente que lo pasa mal. Un poco de cordura.