El PP resiste

Si alguien llevaba todas las de perder en esta legislatura era el Partido Popular. En primer lugar porque las mayorías absolutas son una excepción en la historia electoral de este país: cuatro en las once elecciones generales celebradas desde el comienzo de la Transición. Y si de la derecha se trata, victorias en las urnas por encima de la mitad más uno sólo se han registrado dos. Es decir, todo un accidente electoral mínimamente llamado a repetirse.
Por otra parte, desde su triunfo de va a hacer cuatro años al PP le ha tocado manejar una de las más largas y duras crisis económicas que se recuerdan. Una crisis que cual bola de nieve ha ido cada vez a peor y cuya salida, en el mundo que vivimos, no ha dependido ni sigue dependiendo en exclusiva de uno mismo.
Como bien se recordará, el PP cogió al país hecho unos zorros después de los ocho años de gobierno socialista con Zapatero a los mandos. Ello le obligó a practicar importantes ajustes en el llamado Estado del bienestar; a incumplir algunas promesas electorales (otras no las ha llevado a cabo por falta de voluntad; todo hay que decirlo), y a acometer una serie de reformas estructurales que han tocado  intereses institucionales, territoriales, corporativos y particulares.
Pues bien: con estos antecedentes, más el vendaval de desafección pública que zarandea a las grandes formaciones políticas, el PP resiste: baja ligeramente en voto estimado, pero mejora en voto declarado y volvería a ganar las elecciones, si nos atenemos a lo pronosticado por el CIS en su selectivamente comentado Barómetro de enero. En definitiva, el PP sigue contando con un electorado fiel y su suelo de momento no se hunde, como lo está haciendo el de otros que teóricamente tenían todas las de ganar. Léase Partido Socialista.
Al tiempo, las percepciones sobre la situación económica reflejan una visible mejoría. Para empezar, las opiniones negativas se colocan en la cota más baja de los últimos cuatro años. Y lo mismo cabe decir de las expectativas de futuro: ya sólo un 16,4% de los consultados (frente al 40,2 de hace un par de años) cree que la situación económica será peor dentro de un año.
Y siendo como es el paro “el principal problema” que existe actualmente en España, resulta harto significativo que hasta un 77,2% de los encuestados considere poco o nada probable perder el empleo actual durante los próximos doce meses  y que sólo el 12,7% lo estime muy o bastante probable. Al final, pudo no andar muy descaminado De Guindos cuando dijo aquello de que se iba perdiendo el miedo a quedarse sin trabajo.

El PP resiste

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