LA Xunta pretende transformar la cova Eirós “en un libro abierto para conocer la prehistoria de Galicia”. Esa caverna fue el lugar donde nació la interculturalidad hace 10.000 años, pues los arqueólogos que trabajan en la versión enxebre de Atapuerca aseguran que entre esos penedos e rochas de Triacastela tenían su casita los últimos neandertales del norte de la Península, que llegaron a coexistir con los primeros humanos modernos. Además no sería extraño que hubiesen montado una tertulia de arte, puesto que una de sus teimas era embadurnar las paredes representando escenas de caza. Y a quién no le gusta explicar su dominio de las luces y las sombras o de la perspectiva caballera. Echando un vistazo a los galaicos actuales da la impresión de que algunos trogloditas de la cova Eirós han sobrevivido hasta la actualidad e incluso los hay que ocupan puestos de responsabilidad. No estaría mal, por lo tanto, montar en la entrada un puesto de venta de botes de pintura tipo grafitero, porque seguro que alguno va hasta allí para recordar su infancia.