Alemania va un paso más allá de los contagios, la presión hospitalaria y los fallecimientos y se prepara para una tercera ola de la pandemia: la psicológica. Una aseguradora alemana ya ha notado que el número de registros de trastornos mentales ha aumentado un 80% este año en comparación con el anterior y la asociación científica más antigua del mundo, la Leopoldina, tiene muy presente que tras la crisis de 2008 hubo una oleada de suicidios y muertes por abuso de drogas. Con estos datos, el Gobierno trabaja ya en programas de rehabilitación mental post-corona con un presupuesto de 400 millones de euros y en un cambio de mentalidad para conseguir que el sufrimiento psicológico no sea un tema tabú. La lucha para que el virus no provoque más víctimas tiene muchos frentes.