Cuando una anaconda estuvo a punto de zamparse a Félix Rodríguez de la Fuente, allá por 1974, el país se convulsionó. Hasta se llegaron a organizar actos religiosos para dar las gracias a Dios por haber salvado al naturalista y divulgador. Ahora, en cambio, ni en Australia, lugar donde se produjo el suceso, se ha prestado mucha atención. Tampoco se ha pedido la intervención divina para acabar con él, pero Adam Thorm, presentador de un programa de televisión, dejó que le mordiese una serpiente pitón de cinco metros para saber cuánto dolor le hacía con el ataque. Ben listo non eh.