SI no fuera por las graves consecuencias que acarrea, esto del calentamiento global hasta le viene bien a Galicia. El gran verano que se ha vivido ha servido para convertir a la comunidad en el cuarto destino favorito de los españoles, o, lo que es lo mismo, ha convertido al turismo en un nuevo motor para una economía que, es evidente, necesita nuevos alicientes. El año se cierra con cifras de récord, habrá que mantenerlas.