El pecado del ahorro

¡QUÉ equivocados y durante tantos años han estado los españoles! Todo padre era feliz de que su hijo tuviese un cerdito de barro con una ranura en el lomo para introducir monedas en su interior. Era el primer paso para que el niño empezase a entender la cultura del ahorro. Ahora, como solo quedan alfareros en Buño y en un par de pueblos más de toda España, ese aprendizaje se puede hacer también a través de los libros, como el titulado “Mi primer libro de economía, ahorro e inversión” que estudian los alumnos de primaria de Castilla y León. Peor aún; al menos eso piensa Lorena González Guerrero, diputada de Podemos en esa comunidad autónoma, quien califica de “escalofriante el adoctrinamiento” que se da a los niños para que aprendan a ahorrar e invertir. Pues como no ahorren e inviertan a ver cómo se compran una mansión de 650.000 euros, porque no a todo el mundo le es fácil llegar hasta los ayatolás o las élites bolivarianas para que le subvencionen las necesidades, ¿o serán los caprichos?

 

El pecado del ahorro

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