En 2005, el concello de Ferrol expropió unos terrenos en el rio Inxerto para construir un colector y creo recordar que pagó 100.000 euros. Los propietarios recurrieron a los tribunales y estos les han dado la razón. La consecuencia es que el concello ha tenido que compensarles con otros 378.000 euros. Hay varios ejemplos más de desidia o mala fe, que generaron intereses de demora muy elevados y que por sentencia judicial deben abonarse este año.
Los anteriores gobernantes ferrolanos que conscientemente pagaban poco o retrasaban los pagos, han endosado a los actuales una cantidad cercana al millón de euros que (supongo) saldrán de los menguados capítulos de inversiones y subvenciones, para abrir una partida económica que (supongo) se denominará “obligaciones financieras”, cuando debería decir “pufos varios”. Apuntarse el tanto y que pague la factura el que venga detrás. Somos un país de linces.