El Partido Popular utiliza a las víctimas del terrorismo para hacer política”. Esta es una frase que escuchamos con cierta regularidad a determinados líderes políticos y tertulianos varios; todos ellos ligados a la izquierda más extrema o a un sector del partido socialista con una memoria histórica curiosamente selectiva. Cuando Uds. escuchen este tipo de expresiones, tengan claro que las personas que las emiten son un tipo de gente que está ideológicamente más cerca de los verdugos que del dolor de las víctimas. Normalmente, y para despistar, manifiestan su condena a todo tipo de violencia, para a continuación decir lo que realmente piensan. Hoy he querido escribir sobre terrorismo porque hace unos días se ha cumplido un nuevo aniversario del secuestro y asesinato a sangre fría de mi compañero de partido, Miguel Ángel Blanco. Todavía lo recuerdo; falleció en la madrugada de un 13 de julio de 1997. Hoy Miguel Ángel tendría mi edad, 47 años. Mientras a mí, me ha dado tiempo a casarme, tener hijos, disfrutar de mis amigos y verle ganar un nuevo campeonato de Liga al Atleti; a él, unos hijos de puta se lo quitaron todo. Hoy los miembros del brazo político de la misma banda gobiernan algunas instituciones vascas y navarras con el apoyo del PSOE. Estos, en su deriva, ya ni respetan a Fernando Buesa. Recuerdo las circunstancias en las que me enteré de la muerte de Miguel Ángel. Seguro que vd. tiene sus propias vivencias. Ese día había acudido con mi novia, hoy esposa, a la Iglesia de las Angustias de Ferrol para rezar por él y ponerle unas velas. Justo cuando salíamos, el párroco de la referida iglesia nos dijo que, “al chaval le dispararon y ha aparecido muy grave ”. Lloramos. Ese final no se lo deseo a nadie; y mucho menos al adversario político. No me gustaría que un grupo terrorista de ultraderecha secuestrase y asesinase a Pablo Iglesias o a un anónimo concejal de Podemos. Sería igual de terrible. La condena a la violencia no traga con matices. En este escenario me producen verdaderas nauseas las recientes declaraciones del líder de Podemos, defendiendo el “reagrupamiento” y calificando de “drama para las familias” la política de dispersión de presos etarras. Si coger un autobús para ver a tu hijo a una cárcel es un drama ¿Con qué palabra se define ir a ver a tu hijo al cementerio?