CUENTA la leyenda que los betanceiros nunca se vieron en una situación tan complicada como cuando el alcalde les planteó si querían que bajase el pan o subiese la caña. La elección no era fácil. Ahora se encuentran en una situación bastante parecida, ya que, por un lado, la polilla asiática se está papando los buxos de El Pasatiempo y, por otro, las termitas devoran la planta baja de los juzgados. Como al alcalde se le ocurra asomarse al balcón del ayuntamiento y sugerir: Betanceiros, que queredes, que acabe coa polilla ou que acabe coas termitas?... sábeche Dios cuál sería la respuesta popular. Por cierto, por ahora no han llovido ranas, pero como caiga un chaparrón de anfibios habrá que empezar a pensar si no convendría rebautizar la ciudad y que pasase de Betanzos de los Caballeros Betanzos de los Egipcios.