El culto al líder y el heteropatriarcado machista de Podemos se ha desbocado al anunciar Tania Sánchez que está embarazada. Los pelotilleros cacarean que la paternidad del baby boom de los círculos concéntricos corresponde a Pablo, antes Pablo Manuel, “Viva la Gente” Iglesias. Pero se trata de otra mentira. Es verdad que ha sido padre –Irene Montero es la madre– de Leo y Manuel; que poco después nació la hija de Garzón, no Baltasar, sino el tal Alberto, artífice junto a Iglesias de que Unidos Podemos degenerase en Ni Unidos Podemos, que del sorpaso pasó al tortaso, y de su esposa; que la lideresa morada en Andalucía, Teresa Rodríguez, y el alcalde de Cádiz están a punto de ser padres; hasta el novel especulador inmobiliario Ramón Espinar y una mujer cuya identidad se ignora están embarazados. Pero el baby boom podemita no tiene padre, sino madre: Carolina Bescansa, la burguesa compostelana a la que le dio por pintar de aburrido morado una vida que iba a estar llena de colores vivos. Aquel niño al que amamantó en el Congreso es el decano de la nueva generación.