BENDITA EUROPA. MISERABLE UNIÓN EUROPEA

Acabo de pasar unos días en Londres. He visitado en varias ocasiones la capital inglesa, una ciudad sobria y hermosa, elegante y divertida, moderna y cosmopolita. Una ciudad multicultural y quizás desordenada, que nunca se llega a conocer plenamente, pero que está más cerca de la urbe dinámica de las obras de Charles Dickens y Oscar Wilde que de la población brumosa y tétrica de las novelas de Sherlock Holmes y Jack el Destripador.
Son numerosos los monumentos dignos de visitar en Londres: desde el Parlamento, el Big Ben y la Torre de Londres hasta la abadía de Westminster, la catedral de San Pablo o el palacio de Buckingham, pero son los parques y jardines como como Hyde Park, Kensington o Green Park, los mercados como Covent Garden, Portobello o Camden Town, o los museos, de ejemplar entrada gratuita, como la National Gallery, el Victoria and Albert o el British Museum (en realidad el fruto de la histórica rapiña británica) los lugares que atraen y cautivan al visitante.     
Desde que hace casi cincuenta años realicé mi primer viaje a París, estrenando un Seiscientos, procuro hacer frecuentes escapadas a los diferentes países europeos. Siempre fue para mí una satisfacción viajar a Europa; esa vieja y bendita Europa, de horarios civilizados y de buenas costumbres, caracterizada por unas virtudes en las que precisamente España no destaca, incluso carece, caso del civismo y el patriotismo.
Un profundo sentido del civismo que se manifiesta manteniendo la limpieza de lugares públicos, cuidando el patrimonio cultural, respetando las señales de tráfico y el orden establecido en las colas, ocupando solo la derecha en las escaleras, y muchos ejemplos más, inusuales en España. Un hondo patriotismo por el que honran y respetan su bandera y símbolos oficiales, conocen la música y letra de su himno nacional, respetan las diferentes creencias religiosas pero sin dejar que interfieran en la vida oficial, y mantienen siempre un honroso equilibrio entre su patria grande y su patria chica.
Nada que ver esta bendita y vieja Europa por la que viajo con esa maldita y nueva Unión Europea que nos venden políticos y mercaderes, muy lejos de la Europa ideal de Monet, De Gasperi, Schuman y Madariaga. Hoy estamos en una miserable Unión Europea, la del infame Tribunal de Estrasburgo, la del funesto Banco Central que bendijo la estafa de las preferentes de la indecente Caixa Galicia, la de una clase política inicua, incluyendo algún español, que ha aplicado estúpidas tasas a nuestros astilleros; en fin, esa Unión Europea que socializa las pérdidas y privatiza las ganancias, en vez de hacerlo al revés.
Una Unión Europea con un poder de decisión mediatizado por la compleja relación entre Parlamento, Comisión y Consejo, en la que afectan más al ciudadano las decisiones del grupo político donde se integra el diputado que las ideas del propio diputado. En todo caso espero que estas elecciones sirvan para enviar al parlamento europeo a tanto político indecente de los parlamentos nacionales y autonómicos así como a desterrar a tanto juez y banquero indeseable (entre otros muchos casos me llega con citar a Elpidio Silva y Miguel Blesa).
Dada mi avanzada edad, hace tiempo que dejé de votar. No obstante, en estas elecciones europeas depositaré mi voto, nulo por supuesto, recomendando a familiares, amigos, conocidos, saludados y los ni siquiera eso, que hagan como yo, que no voten o, mejor aún, que voten nulo, para conseguir el mayor número posible de abstenciones y votos no válidos como castigo testimonial  a una indecente Unión Europea y a unos peores políticos que la gobiernan.
P. S. Se anuncia que los valiosos fondos documentales del médico mugardés Sixto Seco se guardarán en la Biblioteca del cementerio del Monte Gaiás. Los pueblos que no conocen su historia repiten los errores. Qué hicieron en su día los exégetas y panegiristas ferrolanos de Torrente Ballester y Carballo Calero ante la pérdida de sus legados culturales ¿. Mientras tanto, un señor presuntamente responsable de la política cultural del Concello, se dedica a rebautizar con nombres de vivos y muertos las salas del Centro Cultural, en vez de llenarlas de contenido.  
jjburgoa@hotmail.com

 

BENDITA EUROPA. MISERABLE UNIÓN EUROPEA

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