El BOE publicaba ayer la creación de una comisión contra la “desinformación”. La idea es simple. Se reunirán el Centro Nacional de Inteligencia, la Presidencia del Gobierno y los gabinetes de comunicación de los ministerios y se dedicarán a buscar “fake news” por el mundo mundial. Es evidente que, tal y como señala la responsable del chiringuito, Carmen Calvo, las sociedades democráticas se asientan en el acceso a una información veraz, acceso que se ve amenazado por la existencia de noticias falsas. Sin embargo, también se asienta la democracia en la libertad de expresión y en la libertad de prensa, algo de lo que, al parecer, se han olvidado en el enunciado del texto, lo que no deja de ser, hasta cierto punto, inquietante.